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Los dominicanos siguen tratando de asimilar el luto que los embarga por la tragedia ocurrida el pasado 8 de abril en la discoteca Jet Set de Santo Domingo.
Como era costumbre, el centro de espectáculo con más de medio siglo, era ampliamente visitado por centenares de personas en sus ‘lunes estelar’, que provenían de un nivel social medio y alto del país y el extranjero.
La fatídica noche de ese lunes ha dejado hasta hoy 226 víctimas fatales y decenas de heridos, algunos de ellos de distintas nacionalidades y que todavía permanecen en la Unidad de Cuidados Intensivos, causado por el desplome del techo de la discoteca.
Personas de los diferentes sectores productivos del país, desde la política, economía, arte y el deporte, perdieron alguna víctima en el colapso del techo del centro de espectáculo.
Entre las víctimas se encuentran la estrella del merengue, Ruby Pérez, el diseñador Martin Polanco, los ex jugadores de las Grandes Ligas, Octavio Dotel y Tony Blanco. El luto no solo ha sido para la República Dominicana, sino también para Colombia, Nueva York, Nueva Jersey, Puerto Rico, Venezuela, Costa Rica y Perú, naciones que además fueron afectadas por el fallecimiento de parientes.
El gobierno del presidente Luis Abinader y la propia República Dominicana aún siguen sumergidos en el luto y dolor que hoy lloran a sus víctimas. En el estado de Nueva York también se ordenó izar la bandera a media asta en las instituciones públicas y otros gobiernos y países que se unieron al duelo nacional.
A pesar de que se estima que Jet Set tenía capacidad para unas mil personas, se ha denunciado en medios locales que la edificación mostraba signos progresivos de deterioro, destacándose las filtraciones, humedad, desprendimiento en parte del techo por falta de mantenimiento continuo.
Aparentemente, el Jet Set al igual que otros centros de diversión en el territorio dominicano, pocas veces son supervisados de manera apropiada por el gobierno, por lo que se espera que, a partir de este suceso, sea el inicio para que las autoridades apliquen y establezcan un protocolo para evitar que se repita otra tragedia.
La ocasión es propicia también para que la justicia a través de la Procuraduría General de la República determine responsabilidades materiales sobre la catástrofe ocurrida en el Jet Set. Los dominicanos esperan que en el presente caso se haga justicia.
*El autor es periodista, educador y escritor dominicano, vive en Nueva Jersey.
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