HOUSTON, TEXAS, (EFE).- Un
hombre de Texas recibió el primer trasplante de cráneo y cuero
cabelludo, el primero de esos procedimientos en el mundo, además de un riñón y
el páncreas, aseguró este viernes el Hospital Metodista de Houston.
Cuando el
paciente, James Boysen, de 55 años, ingresó en el hospital hace unas dos
semanas, sus órganos estaban fallando y la herida en la cabeza producto de la
radiación a la que estuvo expuesto durante su tratamiento contra el cáncer, no
cicatrizaba.
Se trataba de
unos problemas que arrastraba desde hacía al menos cuatro años.
Boysen fue
intervenido el pasado 22 de mayo, en una operación que duró unas 15 horas, en
la que trabajaron medio centenar de profesionales y que le dio al paciente “una
nueva oportunidad de vida”, en palabras del cirujano Jesse Selber, del MD Anderson
Cáncer Center, quien colideró el equipo de médicos.
El
trasplante, considerado el primero en el mundo de estas características,
consistió en injertar un nuevo hueso y piel en la cabeza del paciente,
reconectando los vasos sanguíneos a través de un alfiler para mantener el
flujo.
Según los
médicos, ese era el único método para solucionar las múltiples dolencias que
sufría el paciente.
“Se trataba de una situación clínica única que creó la
oportunidad de llevar a cabo este complejo trasplante”, dijo Selber, cuyo
equipo del MD Anderson Cáncer Center trabajó mano a mano con los cirujanos del
Hospital Metodista de Houston.
Boysen, un
programador de software residente en Austin (Texas), fue dado de alta este
jueves, aunque está previsto que pase las próximas tres semanas en un centro de
recuperación para pacientes que han pasado por cirugías complejas.
En 1992,
Boysen, enfermo de diabetes desde niño, recibió su primer trasplante de riñón y
páncreas, pero los medicamentos que tomó para evitar el rechazo de los nuevos
órganos lo hicieron más vulnerable al cáncer.
El hombre
desarrolló leiomiosacarma, un cáncer poco habitual que afecta al músculo liso o
no voluntario, en su caso, al cuero cabelludo.
Aunque fue tratado con éxito del cáncer con quimioterapia
y radiación, le quedó una profunda herida en la cabeza que afectaba el cuero
cabelludo y el cráneo, llegando hasta el cerebro.
De forma
paralela, su páncreas y riñón también empezaron a fallar.
“No podía
recibir mis nuevos órganos sin curar el cuero cabelludo, y no podía curar el
cuero cabelludo sin recibir mis nuevos órganos”, explicó el propio Boysen en
una rueda de prensa ofrecida este jueves en el hospital de Houston.
Fue en 2011
cuando los médicos decidieron que la solución para Boysen era un trasplante
simultáneo, pero hasta hace unos días no surgió un candidato.
El resultado de la exitosa operación es llamativo a la
vista, ya que el paciente tiene una cicatriz desde su frente que le rodea la
cabeza y parece que le hayan cosido medio cráneo.
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