El trasfondo del pataleo - NosotrosNJ

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viernes, 20 de mayo de 2016

El trasfondo del pataleo

Por Víctor Díaz
La segunda vuelta fue uno de los tantos argumentos utilizados por los partidos de la oposición al partido de gobierno y sus aliados, con el objetivo de condicionar a las autoridades del órgano electoral y la organización de las elecciones, y por qué no, también a su militancia ante la incapacidad de superar la candidatura del Presidente Danilo Medina, en primera vuelta.

No hay vestigios ni hubo señales que sugirieran la más remota posibilidad de que los opositores iban a tener oportunidad de competir u obtener el respaldo necesario por parte de la población, en virtud primero de la gran obra de gobierno ejecutada por el primer mandatario, y segundo, por la falta de propuestas exhibidas por dichos opositores.

Dado que no se pudo conquistar el favor popular para forzar una segunda vuelta, se recurrió al manoseado expediente del fraude, pero ya este con matices más profundos que la simple denuncia para satisfacer el desconsuelo de la militancia.
Aferrados a este argumento del fraude, fueron capaces de renunciar a los avances tecnológicos del conteo electrónico, prefiriendo el tan denunciado método del conteo manual y el consiguiente retraso que este acarrea, agregando incertidumbre a un proceso en el que fueron vigilantes y compromisarios desde el principio.

Los resultados de estas elecciones estaban siendo anunciados desde mucho tiempo atrás. Danilo Medina ha sido el presidente mejor valorado en América Latina más de una vez y siempre en los primeros lugares en dicha valoración. Los dominicanos llegamos a otorgar hasta un 94% de aprobación a la gestión del presidente.
Luego, todas las mediciones hablaban del deseo o clamor de una gran mayoría de los hijos de quisqueya, de que el presidente decidiera reelegirse. Asumido el reto todas las mediciones indicaban la victoria en primera vuelta de Danilo Medina. Dichas mediciones señalaban además que la victoria seria contundente, batiría records.
No ha pasado nada que no haya sido predicho por todas las mediciones serias que trabajan en el país.

Uno se pregunta, si eran tan obvios los resultados, a qué se debe entonces tanto escarceo? O pataleo como le llama el pueblo?
La conclusión no amerita de una investigación criminológica, ni siquiera metódica.

En los próximos meses estaremos avocados a una nueva conformación del tribunal electoral y lo que se busca es desacreditar la reconocida y bien valorada gestión de Roberto Rosario, al frente de dicho tribunal.

La gerencia aplicada por Rosario y la mayor parte de los colegiados de ese órgano, han producido tres elecciones sin sobresaltos, sin trauma. Nuestro sistema electoral está valorado entre los mejores del mundo, y desde todos los confines se alaba la diafanidad con que se maneja nuestra Junta. Desacreditar al presidente Rosario, busca forzar su salida y abrir la posibilidad de sustituirlo por alguien que siga órdenes superiores, aunque estas puedan lesionar la soberanía nacional, o pasible de ser presionado para propósitos inimaginables.
Igual acontece con el resto de los tribunales dominicanos. Si se desacredita un órgano transparente como la Junta Central Electoral, resultará fácil condicionar la elección de los jueces del tribunal constitucional y con ello lograr sentencias más permisivas en temas neurálgicos. Hasta la Suprema Corte de Justicia corre el riesgo de ser contaminada con este irracional proceder de líderes políticos que no ven nada positivo, ni tienen fe en el futuro del país.
Las protestas no son por los resultados de las elecciones, esos estaban anunciados y la población consciente de ello. Protejamos los avances obtenidos en materia electoral y de justicia en sentido general.

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