NUEVA JERSEY.-Juan Miguel Peña entra al negocio, coloca varias cosas en su lugar, se sienta y levanta el teléfono para anotar una nueva orden de un cliente que se interesa por los productos que comercializa en su compañía de textiles en la ciudad de Newark, Nueva Jersey.
De carácter afable, jovial y una sonrisa a flor de labios, Peña parece no perder nunca la paciencia en su trato con los clientes que por lo general se muestra satisfecho del servicio recibido.
Su vida en los últimos cuarenta años ha transcurrido entre Tijeras, cintas de medir, planchas industriales, agujas y tejidos de múltiples colores. Parece un hombre incansable, porque el trabajo lo hace joven. Su vida ha sido de mas éxitos que de fracasos.
A pesar de la serenidad, paciencia y seguridad con la que realiza su trabajo, Peña ha recorrido un largo camino y difícil para mantenerse en el mundo de los negocios.
Como miles de inmigrantes que han llegado a Estados Unidos, Peña también ha tenido que superar las barreras del idioma inglés y adaptarse a la cultura norteamericana.
“Me inicié en el negocio textil -explica- en una compañía que operaba en la calle 37 con la Octava Avenida, en Manhattan, donde permanecí por espacio de cinco años” a mediados de los 1980s.
Peña quien procede de la aun difícil comunidad de San José de las Matas, en la provincia de Santiago, al Norte de la Nación Dominicana, luego se trasladó la ciudad de Newark donde reside actualmente para continuar en el mundo de la producción de vestimentas.
“En el Este de Newark -narra- fui encargado de una fábrica textil que contaba con 70 empleados y trabajamos para contratistas en la confeccion de pantalones y blusas para mujeres”.
A pesar de la compañía cerrar sus puertas por razones económicas, Peña de espíritu indomable adquirió una bodega hasta que decidió tener su propia empresa especializada en uniformes deportivos, la Peña Sport, que estableció en el 276 de la agitada calle Broad, de Newark.
“El área textil me gusta, porque la he desarrollado bien y es en la que he aprendido mucho, porque es importante respetar y tratar bien a los cliente, porque cuando uno es honesto, serio y responsable, a la gente le gusta lo que uno hace”, afirma.
Juan Miguel Peña explica que “cuando haces las cosas con amor y respeto al público, es la mayor satisfacción, es estar contento y disfrutar a plenitud lo que haces”.
Familia y negocios
Miguel Peña asegura que si en la actualidad ha logrado tener éxito en los negocios se debe al soporte que ha recibido de su inseparable esposa de origen puertorriqueño, Iluminada e hijos Ivelis, Marilys y Junior. Además de los nietos Mathew, Eva y Marquis. “Eso es lo que mas uno quiere”, expresa sonriente.
“Iluminada, a la que estoy unido hace más treinta años, ha sido y es una mujer valiosa y hogareña que me ha enseñado a tener fe y fortaleza en los retos que hemos iniciado juntos”, sostiene el empresario quien no descarta en el futuro pasar más tiempo en la nación dominicana.
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