Hola hermanos(as) cada día son miles de personas las que utilizan los medios de comunicación (Facebook, Instagram Messenger, Twiter y tantos otros) para socializar, felicitar a los demás, para hacer ostentación de sus bienes y sus teneres. Muchas personas con muy marcadas excepciones caemos en esa práctica. Algunos utilizan los medios para propagar la palabra, el mensaje de nuestro Señor, otros tantos tratan de mostrar “una espiritualidad vacía” que en muchos casos solo se limita a los medios, y que está divorciada de la piedad, de la misericordia y de una práctica de solidaridad cristiana y de un interés de dar ayuda desinteresada a sus hermanos como la que Cristo nos enseño.
Es propicia esta oportunidad para dar un testimonio de vida. Desde hace aproximadamente treinta años he estado presentando ciertas condiciones de salud que han precisado de la realización de procedimientos diagnósticos conocidos como cateterismo o arteriografías, ocho en total, este es un procedimiento mediante el cual se introduce un dispositivo o catéter a través de una arteria el cual llega hasta el corazón y permite visualizar la condición de las arterias coronarias (arterias que suplen de sangre al corazón).
Producto de estos estudios se me han diagnosticado procesos obstructivos en mis arterias: coronarias izquierda, descendente anterior izquierda, arteria coronaria derecha y finalmente en la circunfleja, estas obstrucciones han motivado la colocación de cinco Stents (springs utilizados para dilatar las arterias).
Pero lo que me motiva a escribir hoy no es para hablar de mi condición clínica, sino del poder infinito de Dios y de su infinita bondad que se manifestó en mí grandemente en días recientes.
Después de estar padeciendo de dolores precordiales por más de 10 días, siempre con la actitud del hombre negador y sobre todos los médicos, accedí a hacerme chequear por mí medico primario el Dr. Ramón Sandoval, el cual al comprobar que mis niveles de tensión arterial estaban elevados y comprobar que existía una alteración electro cardiográfica, decide referirme a mi Cardiólogo.
Después de una evaluación Cardiovascular el cardiólogo decide que es necesario realizar estudios ulteriores que incluían una Ecocardiografía y una prueba de esfuerzo con Medicina Nuclear. Durante la prueba de esfuerzo el síntoma de dolor precordial se intensificó y presenté una alteración en el electrocardiograma lo cual hacia necesario suspender la prueba y el Cardiólogo tomó la decisión de hacer el Cateterismo.
Como buen negador decidí programar el cateterismo para 15 días después de la prueba de esfuerzo. Solo habían pasado tres días de la prueba cuando súbitamente comienzo a sentir un dolor de pecho de gran intensidad, con sensación de mareos, dificultad respiratoria, el dolor se irradiaba al cuello y al hombro izquierdo, era inminente que se estaba produciendo un compromiso circulatorio que estaba poniendo a riesgo parte del musculo cardiaco, el infarto era inminente.
Es en este momento donde la verdadera fe se pone a prueba, la sensación de muerte inminente te hace sentir aterrorizado, el hombre sin miedo no existe en ese momento, solo recuerdo haberle pedido a Dios que me ayudara, que me permitiera sobrevivir. Pensé en la familia, sobre todo en los más pequeños. Utilicé un spray y una pastilla sublingual de Nitroglicerina lo que me ayudo a mejorar el cuadro, pero, aun sentía que perdía las fuerzas, gracias a Dios pude llegar al hospital donde fui admitido para realizarme el cateterismo al día siguiente. Durante la realización del cateterismo el cardiólogo encontró dos obstrucciones en la arteria Circunfleja, lo cual requirió de la instalación de dos nuevos stents.
Luego del procedimiento el dolor era persistente, podríamos decir que un numero 7 en una escala del 1 al 10 y se mantuvo hasta el día siguiente, era bastante molesto e intimidatorio, pues, si ya fue corregida la situación de obstrucción ¿Por qué seguía el dolor siendo tan intenso? Aun después de salir del hospital sentía la molestia y es justo en este momento en que con toda mi fe y confianza, pedí a Dios que me quitara el dolor. La respuesta no se hizo esperar sin el uso de medicamento alguno el dolor desapareció.
Sé que algunos se preguntará porque decidí escribir sobre esta experiencia vivida, la razón única es además de dar gracias a mi Señor Dios, lo cual he hecho en mis oraciones, en la privacidad de mi hogar y en mi iglesia, es decirles a todos que hay situaciones que ni la medicina ni los hombres podemos curar y que muchas veces no somos capaces de explicar. La otra razón es que debemos aprender a dejar de ser negadores de la realidad y cuando tengamos síntomas de algún trastorno debemos acudir al médico con tiempo y no procrastinar, no dejarlo para después pues un segundo puede significar la muerte.
¿Pero qué pasa? Muchas veces nos eximimos de hablar de nuestra fe y de las obras que Dios realiza sobre nosotros por temor a ser calificados como fanáticos religiosos, sin embargo crece a diario el número de los negadores de la existencia de Dios, de aquellos que se auto-titulan como ateos, pero que no son otra cosa que personas con vacíos existenciales, son aquellos que carecen de espiritualidad y buscan en el dinero, en las aventuras y en las cosas materiales lo que no quieren aceptar en sus vidas, la existencia de ese ser superior que rige nuestras vidas “Cristo Jesús”. Esos que no aceptan a Dios en su corazón, aun cuando logran obtener bienes materiales, son extremadamente pobres e infelices. Bendiciones para ti y toda tu familia. “Solo Dios Salva”.
1 comentario:
GLORIA A DIOS!🙏🏼
Gracias DIOS por permitirle experimentar al Dr. Lugo esa gran experiencia íntima con JESÚS la cual lo acercó más a tí y afirmó aún más su FÉ! Es gratificante el conocer que el Dr. Lugo tenía al SEÑOR JESUCRISTO como su SEÑOR Y SALVADOR🙏🏼 en Su corazón ya antes de su partida de esta tierra. Doy Gracias a DIOS por su vida entre nosotros y por toda la gran influencia positiva que dejó en las vidas de quienes lo rodearon. Siempre le extrañaremos aunque seguirá presente en nuestros corazones !
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