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domingo, 3 de junio de 2018

El Dominicano sigue siendo muy especial

Por Ana Pereyra
República Dominicana es un país súper especial, cuando un dominicano tiene sed, en vez de tomar agua, se come una batata y al peso le llama tolete.
El dominicano se la sabe todas y la que no, se la inventa, conoce al cojo sentado y al ciego parao.

Vive la música, se apasiona por la pelota, pelea por política y anda con el Jesús en la boca, aunque sea más malo que el mismo diablo.
Nunca le pregunte a un dominicano por una dirección, te gesticula, te dice que es ahí mismo y te manda más lejos que el carajo. Si habla por teléfono, te describe la conversación con las manos.
Es tan especial, que si le presta dinero te lo ganas de enemigo y pierde el dinero y el amigo.

En estos tiempos modernos se la sabe todas, se ha cogido las redes sociales, pero lo que más lo entretiene es la política. Apenas un presidente se tercia la ñoña, aparecen 40 candidatos haciendo campaña para el próximo periodo electoral dentro de 4 años.

Nos pasamos 4 años oyendo a los aspirantes tacatá, tacatá, tacatá, hablando de política y en campaña permanente, prometiéndoles a los incautos hasta la madre de los tomates.

En ese país suceden cosas, cositas y cosotas y nada pasa; la corrupción y el maldito tráfico en las calles nos amargan la vida, pero con una Cerveza Presidente se nos va el pique. Crece la delincuencia, el narcotráfico y todo lo justifican, lo bautizan con una palabra rebuscada, sacada de extracto sicológico: ‘percepción’.

Los finos, ‘intelectuales’ y estudiosos en un momento determinado, cuando les conviene hasta se vuelven guachimanes de la constitución, ese papelito que es cambiado cada vez que a un político le da la gana, ya ha perdido su esencia y su pudor.

El dominicano domina todos los temas, son teóricos, saben de todo y en determinado momento (claro, dependiendo de las circunstancias) son doctores, abogados, analistas políticos, deportistas, en fin, cualquier profesional que se le antoje y aparan más que un “queche”. Pero eso sí, tiene que ponerle Lic. (licenciado), Ing. (ingeniero) o Dr. (doctor) a su nombre.

Con un postgrado de la vida, sin nunca ir ni a una escuela particular, te dan cátedras de lo que sea y si es de política te analiza el presente, pasado y futuro del país en un santiamén.

Estos son de la mismas extrañas del pueblo, lo letrados tendrían un capítulo aparte, sin embargo, su fino accionarse puede colocarlo en la cima o la falda de la montaña, ellos hacen daños adrede, los otros es una forma de sobrevivir

Por ejemplo, aquí entra el político oportunista que vende una imagen y hace otra, te venden un solar en el mar, aquí entran los corruptos, los violadores, los estafadores, los sicarios, en fin, que la lista es larga y no pasa na’… El dominicano no le da mente a na’, aunque hay que admitir que coge más cuerda que un reloj de a peso.
Siempre se hace el loco, por eso es que, cuando la máxima autoridad admite que hay corrupción y que los amigos y funcionarios del gobiernos son los que más se benefician y se meten los “cuartos” en los bolsillos, no pasa na’, to’ el mundo se hace el loco y yo también me voy hacer la loca, lo voy a coger más suave que Jhonny Walker; total, hace años murió Gardel y decía que 20 años no es nada. Yo tímidamente en medio de mi locura, le pregunto a mi capitán…y el anillo pa’cuando?

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