COVIC-19: No somos tan fuertes como creíamos - NosotrosNJ

News:


REDUZCA LA VELOCIDAD EN NEW YORK

sábado, 21 de marzo de 2020

COVIC-19: No somos tan fuertes como creíamos

Por Franklin Díaz     
COVI-19: Un mundo de rodillas; multitudes con memorias saturadas por las noticias sin filtros que corren a gran velocidad y se esparcen por cada rincón del planeta. Gentes sin lugar seguro para guarecerse; sin exclusión de clases sociales, raza o color; multitudes ahogadas en la incertidumbre; fronteras, puertos y aeropuertos cerrados; centros de salud abarrotados; cierres de comercios, toques de queda; manifestaciones afectivas reducidas a espacios virtuales, sin besos ni abrazos, tampoco reuniones ni encuentros; en fin, una humanidad en cuarentena, sin calor humano.

Eso indica que, no somos tan fuertes como creíamos, los poderíos económicos y armamentistas se han quedado cortos, los tecnólogos brillan por su ausencia, la comunidad científica trabaja a ritmo acelerado, pero hasta este minuto (21/03/2019, 18:26 p,), y partiendo del paciente cero, de aquel 17 de noviembre del 2019, ciudad de Wuhan (China), no hay propuestas concretas para detener esta pandemia, que sin duda alguna, ha mutado en el comportamiento humano. Irónicamente, las autoridades explican cómo cuidarse del virus, pero no hablan de cómo enfrentar la ansiedad y el pánico, que en algunos casos, es peor que la propia enfermedad.

A continuación, algunas técnicas, que pueden disminuir de manera drástica los niveles de ansiedad y pánico, a saber:

Nos sentimos bien o mal, no por lo que nos ocurre, sino, por como asumimos lo que nos sucede, es decir, el problema por sí mismo, no es el COVIC-19, es como asumimos las informaciones que procesamos a diario, de modo que si logramos filtrar los datos que nos llegan, tendríamos la posibilidad de reducir significativamente los pensamientos negativos, y esto, sería determinante para evitar que los efectos de la pandemia sean tan traumáticos.

Para evitar que la mente siga inundada de contenidos nocivos y que estos sigan gobernando nuestras vidas, precisamos de un ejercicio simple, en el que imaginas que cada pensamiento es un intruso que entra a tu propiedad. Debes declararlo no grato y actuar en consecuencia, es decir, debes demostrar que tú tienes el control. No se trata de eliminarlos, sino, modificarlo, en cuya transformación tengas como resultado uno positivo.

Por ejemplo: Si piensas en que eres vulnerable al virus por determinada razón, la modificación sería: soy lo suficientemente fuerte para evitar el contagio y al mismo tiempo imagina cómo te sientes sabiendo que eres inmune a dicha enfermedad.

Es imprescindible evitar los caminos hacia los pensamientos dañinos, esas vías directas son las noticias o informaciones negativas, cuyo propósito primario no es informarte, sino llamar tu atención para conseguir “likes”, “me gusta” o “retwetts”. Tienes todo el derecho a informarte, pero no puedes abrumarte de informaciones que en nada te benefician. De igual modo debes evitar películas, libros, incluso personas que transmitan contenidos negativos. Cuando haces lo contrario, tienes la maravillosa oportunidad de equilibrar el nivel del “GABA”, un neurotransmisor que ayuda a controlar el miedo y la ansiedad cuando las neuronas se sobreexcitan.

Finalmente, cuando una situación llegue al punto de saturarte, sacúdete, desconéctate por un tiempo de esas informaciones, y para ello puedes recurrir al ejercicio físico, bailar, mirar o escuchar programas de humor, tararear canciones, etc.

La sobrecarga de informaciones negativas pueden generar daños permanentes, no te expongas, evita ser víctima, incluso, más allá de la vacuna contra el coronavirus.

No hay comentarios:

Publicar un comentario