

Recientemente, la Dra. Tiffany Field, del Instituto del Tacto de la Universidad de Miami, a propósito del confinamiento, publicó un estudio que explica por qué el insomnio pudiera ser uno de los más preocupantes efectos colaterales de la pandemia, cuando se establece en dicha investigación, que el 26% de los consultados aseguraron que la cuarentena los ha hecho sentir muy privados de contacto; el 16% lo acusa moderadamente, mientras que el 97% ha expuesto dificultades para dormir, y esto se debe, según la autora, a una falta considerable de serotonina, cuyos niveles aumentan a partir del contacto con los demás.
La serotonina es una sustancia química que actúa como neurotransmisor, que transmite señales entre células nerviosas, cuya sustancia química es considerada la responsable de proporcionar el equilibrio en el estado de ánimo, lo que sugiere, que la falta de serotonina, en ocasiones puede conducir a la depresión.
La disminución de serotonina puede llevarnos a mantener una actitud negativa constante y esto, pensamientos negativos, impaciencia, tristeza profunda, miedo, etc., por lo cual, nos vemos precisados a tomar acción para contrarrestar niveles bajos de este neurotransmisor, y para ello, se aconseja la lectura, la música, ejercicios físicos o cualquier actividad que nos distraiga.
Algunos expertos sugieren una alimentación rica en triptófano y ácidos grasos, como el pavo, pollo, leche, queso, pescado, huevos, semillas de ajonjolí, nueces, maní y mantequilla de maní, plátanos, nueces, legumbres, verduras y el germen de trigo.
El insomnio puede trastornar nuestras vidas, pero tiene solución, siempre que se actúe con responsabilidad, considerando que es una tarea que nos compete a cada uno en particular y que debemos darle la importancia requerida y actuar en consecuencia, para evitar males irreparables.
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