Los cuernús: Las amantes reales, tienen sangre azul?

Por Ana Pereyra
Dicen que el hombre es infiel por naturaleza y desde que el mundo es mundo, ha tenido su segunda base, y en varios casos, hasta su tercera con todo y “home”

Cuando el hombre es un carajo a la vela, un pobretón, un Juan de lo palote, un pobre diablo y tiene concubinas, queridas, malqueridas, amantes, la otra, la mujer de la calle, entre otras “delicadezas”, a nadie le importa un bledo.

Pero cuando son esos turpenes, hijos de fulano de tal, tienen sucursales al doblar, hasta en el mismo edificio, al cruzar y en la esquina de la casa, y son hombres honrosos, un señor, pasa desapercibido hasta por la esposa, la propia o la dueña del infiel.

En algunos casos, la doña no se “da” por enterada por cuestión de “principios” o por no deshacer su protección económica, pero ese es otro asunto.

Pero cuando el “cuernú” tiene “chavos”, (dinero), la manera o es rico, la vaina “cambea”, todo el mundo está atento a los movimientos “infielinos”.

Y desde que echa una canita por ahí o “tira un palito“ escondido, se arma la de San Quintín, to’ el barrio o residencial se da cuenta. Y si la “muda” a un cuarto, apartamento o torres, ahí es que se pone caliente la cosa, y las murmuraciones no se acaban nunca. Y ayyyyy… si la muchachona le sale preñá…van a estar de boca en boca.

Pero cuando los cuernos son de la realeza, o de un presidente como EEUU, la infidelidad se riega como pólvora, cruza fronteras y el “romance “ se convierte en pandemia; sus mayores críticos son los medios y le dicen “un afear”

Todo este berenjenal viene al caso, por el Rey Emérito Juan Carlos I, porque la gente quiere saber más sobre sus amantes, del dinerito que se fue tras él y los actos de corrupción que lo acusan por allá donde está la Madre Patria, y más que saber su paradero, los morbosos quieren saber con quién está.

Que si va a compartir “exilio” con un pequeño harén o compartiendo almohada con la “muchachona”, que era su testaferro, aunque dicen que esa ha cantando hasta el claro de luna.

Pero al fin, todos los cuernos y los cuernuses son iguales, no importa que sea pobre, rico, funcionario público o alguien de sangre azul, siempre hay una mujer que con cara de “gatica”, es dizque la ultima en saberlo, la reina Sofía, paso mucho tiempo como Belén y los Pastores.

No importa que la sangre sea azul, ni que pertenezca a la realeza, los cuernos, son como el cristal”, aunque la canción diga que al principio duelen, y luego se hace costumbre, nadie quiere ser una víctima del “venao”,

Los cuernos o infidelidad deben doler igual, no importa que el hombre sea de alcurnia, ”despellejao” o de la misma realeza, el “amor” simplemente ” cambea” de casa.

El Rey tal vez se quede tranquilo, más quieto que un retrato, disfrutando lo que le queda de vida, porque ya Lazaro no resucita, ni con la frase aquella.