¿TRUMP o BIDEN?

Por Franklin Díaz

Este martes 3, se celebran las elecciones presidenciales en los Estados Unidos de Norteamérica, cuyos contendores, el Presidente Donald Trump, pretende seguir anclado al poder, y el ex Vicepresidente Joe Biden, busca convertirse en el nuevo inquilino del 1600 de la Av. Pensilvania, en Washington DC.

Desde la perspectiva de América Latina, no se vislumbran cambios que pudieran calificarse significativos, ya que como región no figuramos en los planes de los Estados Unidos, salvo algunos aspectos políticos claves, que por motivos estratégicos, se mantienen en la agenda del Poder estadounidense.

Trump, es uno de esos presidentes, cuyas miradas apenas se han disimulado durante el proceso electoral, mientras que en el ejercicio de sus cuatro años de mandato solo visitó a Argentina; en contraste con su predecesor, Barack Obama, quien hizo 15 viajes a distintos países latinoamericanos. En tanto, Biden, que procede del mismo redil político de Obama (Partido Demócrata), pudiera ampliar la esfera hacia nuestra región, pues durante su mandato vicepresidencial hizo algunos viajes estratégicos por Centroamérica y Chile, lo que pudiera asumirse como un historial alentador para nuestros pueblos latinos.

Desde marzo del año 2020, el mundo está boca abajo a causa de la pandemia del Covid-19, y durante este largo proceso, las consideradas potencias mundiales han debido jugar un papel preponderante frente a esta crisis sanitaria. Sin embargo, el Presidente de la nación más poderosa del mundo, le ha dado un tratamiento inelegante a la crisis, que a la fecha, ha alcanzado más de 230 mil muertes sólo en el territorio estadounidense.

Según las últimas mediciones, Biden supera a Trump por 7,8 puntos porcentuales en la intención del voto a nivel nacional, cuyo sufragio es directo, lo cual significa que el presidente no lo determina el voto ciudadano, sino que, los votantes emiten el sufragio por los 538 electorales (100 senadores, 435 congresistas y 3 delegados de Washington DC), cuyos votos determinarán quien será el Presidente de los Estados Unidos.

No apuesto a que gane el mejor, por la subjetividad que implica ese concepto, pero sí confío en que, sin importar quien gane, haya una redefinición de la política estratégica hacia América Latina, que son mayoría entre los 32 millones de hispanos con derecho al voto.