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Hoy en la República Dominicana celebramos 177 años de independencia y por supuesto, no pretendo venir con el discurso trasnochado, de encarnar el mismo sacrificio libertario de nuestros héroes patrios, quienes entregaron sus vidas en pos de una “Patria Libre, Independiente y Soberana”.
Son escenarios disímiles en tiempos muy distintos, que hoy resultan muy difíciles de reencarnar, sin embargo, como hijos de esta tierra, tenemos compromisos pendientes que debemos y estamos en la obligación de afrontar.
En el escenario de hoy, no hay un peligro inminente de que nos despojen de nuestro solio patrio, pero sí hay muchos riesgos internos, para los que no se requiere de batallas armadas, como si pretendiésemos derrotar a un enemigo que intenta apropiarse de nuestro territorio.
Los peores enemigos los tenemos aquí, la mayoría de los cuales son dominicanos, que jamás han querido entender que, aunque son otros tiempos, hay deudas pendientes que tenemos que honrar, y no será necesario apelar ni a rifles ni escopetas, solo bastaría con asumir con determinación el sagrado compromiso de enfrentar a quienes mancillan nuestro honor cada día y que lamentablemente están entre nosotros.
Son traidores e indeseables a la Patria, los políticos que mienten, roban y corroen, pero también lo son, quienes por dádivas y prebendas aplauden y aúpan a esos mal llamados honorables.
Son traidores e indeseables a la Patria, los especuladores que se sustentan en la venta de productos y servicios a sobreprecio, donde tan malo es el dueño de la empresa que los hace, como el bodeguero o vendutero que lo distribuye.
Son traidores e indeseables a la Patria, quienes irrespetan un semáforo en rojo o se van en vía contraria, pero también lo son quienes, por pretender a una dama, se les importa violentarse contra ella.
Son traidores e indeseables a la Patria, quienes utilizan el poder de los medios y las redes sociales, para rendirle culto a la estupidez y a la mediocridad.
Son traidores e indeseables a la Patria, los periodistas y dueños de medios que hablan o callan por conveniencia propia o de grupos.
Son traidores e indeseables a la Patria, los cantores incapaces de entonar una nota en beneficio colectivo o que maltrata la moral humana, usando versos subidos de tonos contra la creación femenina más bella del Universo.
En fin, son traidores e indeseables a la Patria, todos aquellos que, con sus acciones, mancillan el buen nombre de Duarte, Sánchez, Mella y Luperón, echando al vacío nuestro mayor bien común que ha costado tanta sangre y sudor: LA RAPÚBLICA DOMINICANA.
*Franklin Díaz es coach y conferencista motivacional dominicano.
Hoy en la República Dominicana celebramos 177 años de independencia y por supuesto, no pretendo venir con el discurso trasnochado, de encarnar el mismo sacrificio libertario de nuestros héroes patrios, quienes entregaron sus vidas en pos de una “Patria Libre, Independiente y Soberana”.
Son escenarios disímiles en tiempos muy distintos, que hoy resultan muy difíciles de reencarnar, sin embargo, como hijos de esta tierra, tenemos compromisos pendientes que debemos y estamos en la obligación de afrontar.
En el escenario de hoy, no hay un peligro inminente de que nos despojen de nuestro solio patrio, pero sí hay muchos riesgos internos, para los que no se requiere de batallas armadas, como si pretendiésemos derrotar a un enemigo que intenta apropiarse de nuestro territorio.
Los peores enemigos los tenemos aquí, la mayoría de los cuales son dominicanos, que jamás han querido entender que, aunque son otros tiempos, hay deudas pendientes que tenemos que honrar, y no será necesario apelar ni a rifles ni escopetas, solo bastaría con asumir con determinación el sagrado compromiso de enfrentar a quienes mancillan nuestro honor cada día y que lamentablemente están entre nosotros.
Son traidores e indeseables a la Patria, los políticos que mienten, roban y corroen, pero también lo son, quienes por dádivas y prebendas aplauden y aúpan a esos mal llamados honorables.
Son traidores e indeseables a la Patria, los especuladores que se sustentan en la venta de productos y servicios a sobreprecio, donde tan malo es el dueño de la empresa que los hace, como el bodeguero o vendutero que lo distribuye.
Son traidores e indeseables a la Patria, quienes irrespetan un semáforo en rojo o se van en vía contraria, pero también lo son quienes, por pretender a una dama, se les importa violentarse contra ella.
Son traidores e indeseables a la Patria, quienes utilizan el poder de los medios y las redes sociales, para rendirle culto a la estupidez y a la mediocridad.
Son traidores e indeseables a la Patria, los periodistas y dueños de medios que hablan o callan por conveniencia propia o de grupos.
Son traidores e indeseables a la Patria, los cantores incapaces de entonar una nota en beneficio colectivo o que maltrata la moral humana, usando versos subidos de tonos contra la creación femenina más bella del Universo.
En fin, son traidores e indeseables a la Patria, todos aquellos que, con sus acciones, mancillan el buen nombre de Duarte, Sánchez, Mella y Luperón, echando al vacío nuestro mayor bien común que ha costado tanta sangre y sudor: LA RAPÚBLICA DOMINICANA.
*Franklin Díaz es coach y conferencista motivacional dominicano.
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