Un año más de vida para Iván Ernesto Gatón

Por Iván E. Gaton
Un año más de vida que se cumple desde aquel 12 de febrero que naciera en Sabana Grande de Boyá.

Gratitud, por el milagro de estar vivo, y el privilegio de los padres que tuvieron bajo su responsabilidad ser mis ejemplos de vida, a la familia, a los vecinos y amistades de mi pueblo, Higuey, el de mi siempre presente padre: Pedro Ernesto Gaton); bateyes, y campos en los que crecí y me formé como traductor de médicos de las zonas más depauperadas.

También, como monaguillo que visitaba las zonas más marginadas con el sacerdote italiano Francisco Buriasco, y como profesor que compartía sus limitados conocimientos con sus compueblanos.

Ha sido un grato privilegio haber asumido los valores que me inculcaron mis padres, y hoy, que soy un “señor mayor”, decir que me han permitido la riqueza infinita del afecto sincero y desinteresado.

Finalmente, gracias al Altísimo, por dejarnos ser, en el misterio de una existencia que parece comenzar y acabar en una eternidad que es ininteligible para un homo sapiens de la Sabana Grande de Boyá.