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Hay dos maneras de vivir: por diseño y por defecto. Quienes viven por diseño, desafortunadamente son los menos, y son aquellos que asumen sus vidas con propósitos, tienen planes y proyectos claros; saben lo que quieren y toman acción, no se sientan a esperar el cambio, por el contrario, lo provocan.
Vivir por diseño es tener las riendas de tu vida en las manos y echarla a andar, consciente del camino a seguir y todo cuanto debes hacer para llegar al lugar previamente concebido. Como todo un artista, quien vive por diseño conoce el valor de su pincel y los trazos que debe dar para lograr un buen acabado. Sabe, sin embargo, que no siempre las musas fluyen con la misma intensidad, pero jamás abandona el concepto que ideó plasmar en su lienzo.
El que vive por diseño asume cada tarea con un plan y no se amilana ante los imprevistos, por el contrario, sus movimientos proactivos le permiten reaccionar de manera repentina sin perder el control ni de vista el propósito de cada una de sus acciones.
Quienes viven por defecto, se lo dejan todo a la suerte, carecen de planes y propósitos claros; todo lo hacen como si fuera un juego de azar, y si en algún caso idean una meta, siempre adicionan un plan “B” o “C”, y lógicamente, terminan descuidando el plan original, sepultando en los escombros sus despropósitos. Asimismo, cuando se vive por defecto, poco o nada importan los procesos que se deben seguir en cada escenario; el resultado es lo único que interesa, por eso siempre deambulan por las oscuras calles del fracaso, esperanzados en que aparezca un buen samaritano que le tienda la mano.
Vivir por defecto, es esperar que se presenten oportunidades para un buen trabajo, una pareja, un proyecto, etc., es decir, son incapaces de accionar para que las cosas ocurran. Son perfectos esclavos de los antojos y serviles de la holgazanería, que es el centro de operación de su cerebro, quien duerme su interminable siesta, sumergido en su zona de confort.
Eres libre de elegir cómo vivir, si por Defecto o por Diseño, lo cierto es que el tiempo apremia y vivimos una época de decisiones rápidas, donde los que se toman más tiempo en tomarlas, definitivamente se llevan la peor parte. Decídete, porque nadie puede decidir por ti...
*Franklin Díaz es coach y conferencista motivacional dominicano.
Vivir por diseño es tener las riendas de tu vida en las manos y echarla a andar, consciente del camino a seguir y todo cuanto debes hacer para llegar al lugar previamente concebido. Como todo un artista, quien vive por diseño conoce el valor de su pincel y los trazos que debe dar para lograr un buen acabado. Sabe, sin embargo, que no siempre las musas fluyen con la misma intensidad, pero jamás abandona el concepto que ideó plasmar en su lienzo.
El que vive por diseño asume cada tarea con un plan y no se amilana ante los imprevistos, por el contrario, sus movimientos proactivos le permiten reaccionar de manera repentina sin perder el control ni de vista el propósito de cada una de sus acciones.
Quienes viven por defecto, se lo dejan todo a la suerte, carecen de planes y propósitos claros; todo lo hacen como si fuera un juego de azar, y si en algún caso idean una meta, siempre adicionan un plan “B” o “C”, y lógicamente, terminan descuidando el plan original, sepultando en los escombros sus despropósitos. Asimismo, cuando se vive por defecto, poco o nada importan los procesos que se deben seguir en cada escenario; el resultado es lo único que interesa, por eso siempre deambulan por las oscuras calles del fracaso, esperanzados en que aparezca un buen samaritano que le tienda la mano.
Vivir por defecto, es esperar que se presenten oportunidades para un buen trabajo, una pareja, un proyecto, etc., es decir, son incapaces de accionar para que las cosas ocurran. Son perfectos esclavos de los antojos y serviles de la holgazanería, que es el centro de operación de su cerebro, quien duerme su interminable siesta, sumergido en su zona de confort.
Eres libre de elegir cómo vivir, si por Defecto o por Diseño, lo cierto es que el tiempo apremia y vivimos una época de decisiones rápidas, donde los que se toman más tiempo en tomarlas, definitivamente se llevan la peor parte. Decídete, porque nadie puede decidir por ti...
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