Se llama aparato digestivo al conjunto de órganos, cuya función primordial es transformar los alimentos para que puedan ser absorbidas por el organismo y se le dé la utilidad correspondiente. Todo su funcionamiento conlleva un especializado proceso, mediante el cual ejecuta las funciones de ingestión, digestión, absorción y excreción; sin embargo, pocos conocen de su invaluable y sorprendente rol en el cuerpo humano.
El sistema digestivo alberga el 80% del sistema inmunitario, recibiendo diariamente una gran carga antigénica, “una sustancia que libera la formación de anticuerpos y puede causar una respuesta inmunitaria”, y que tiene la capacidad de diferenciar entre patógenos invasivos y antígenos inocuos que provienen de los alimentos que consumimos y de bacterias comensales, las cuales nos ayudan a combatir los virus.
El intestino constituye el órgano sensorial más extendido, donde se alojan unas 100 millones de neuronas que son las que regulan el tracto intestinal. El intestino tiene un tamaño aproximado de ocho metros y no obstante esté recogido, llega a alcanzar 300 M2, equivalente al tamaño de una cancha de tenis. Tiene la capacidad de funcionar de manera autónoma, pero con una directa conexión con el cerebro y que recopila las informaciones pertinentes sobre la calidad de los nutrientes ingeridos y el diagnóstico de las células inmunes, cuya información se transmite al cerebro para que puedan ser vinculadas con las emociones y los pensamientos. Los plexos de las células nerviosas en el intestino poseen los mismos transmisores utilizados por las células nerviosas para establecer comunicación. Estos plexos, además de influir en la digestión, pueden tener incidencia en la felicidad o en la desgracia de las personas. El mayor protagonismo del sistema digestivo lo tiene el intestino delgado, el cual es responsable del proceso de sintetización de los alimentos en moléculas, actividad que libera los nutrientes.
El jugo gástrico, que es una secreción líquida de la mucosa gástrica, que es de gran ayuda para la ingestión de alimentos, contiene una proporción de 1 a 4% de ácido clorhídrico, cuya misión es matar bacterias, el cual es tan fuerte y corrosivo que en modo sintético, puede ser utilizado de forma industrial para el procesamiento de acero y que si llegase a tener contacto con el cianuro de sodio, se transformaría en ácido cianhídrico, considerado el veneno más letal, que con tan sólo 0,01 gramos pudiera aniquilar la vida de una persona en tan solo 30 segundos.
En el estómago residen una enorme cantidad y variedad de bacterias, unas son beneficiosas otras perjudiciales, y se sabe que el estrés puede cambiar el tipo y la cantidad, puesto que estos microbios al regular la función inmune, pueden inflamar el estómago y poder contraer diversos tipos de enfermedades. Además, el conjunto de bacterias que viven en el intestino, denominadas microbiota, pesan entre 1 y 2 kilos y se puede modificar en cuestión de días y tiene sus microorganismos que sobrepasan los 100 billones, que pueden llegar a a alcanzar un tamaño 50 veces más pequeño que las células del cuerpo humano, que si pudiesen ser colocadas en líneas, le pudieran dar dos vueltas y media a la tierra.
El 90% de la serotonina es procesada en el aparato digestivo y el 10% restante por el cerebro. La serotonina es un neurotransmisor que está muy vinculado con el control de las emociones y el estado de ánimo, se le considera la hormona de la felicidad, de ahí que el bienestar o la depresión pueden estar muy relacionadas, incluso puede ser producida por el aparato digestivo, esto sugiere que la salud mental comienza por tener especial cuidado de lo que ingerimos.
Expertos sugieren que de cuando en vez debemos regular nuestros hábitos alimenticios, por lo que es aconsejable que durante una temporada nos liberemos del trigo, azúcar, lácteos o del alcohol, y al mismo tiempo potenciemos el consumo de aguacate, nueces, plátanos, cúrcuma y pollo, entre otros. Asimismo, el deporte o los ejercicios moderados, la relajación, dormir al menos 8 horas diarias, son hábitos altamente beneficiosos para el cuidado de nuestros dos cerebros, lo cual puede garantizarnos una mejor calidad de vida.
*Franklin Díaz es coach y conferencista motivacional dominicano.
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