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Es una de las glándulas endocrinas más pequeñas e importantes que existen, constituida por células pineales y neurogliales, cuya extensión, en el cerebro de los vertebrados es de aproximadamente el tamaño de un grano de arroz (entre 5 y 8mm), con un peso que oscila entre los 100 y 180 gramos; es de color grisáceo en forma de piña y se ubica en el centro del cerebro, próximo a la glándula pituitaria.
En los seres humanos, esta glándula se solidifica entre los 12 y 20 años de edad, que es cuando se pueden apreciar ciertos niveles de calcificación.
Sobre la glándula pineal, también conocida como cuerpo pineal, epífisis cerebral o el tercer ojo, existe un largo historial de investigaciones y debates entre lo filosófico, fisiológico y médico, sin embargo, la neurociencia ya ha demostrado que el rol básico de esta glándula es la regulación de los ritmos circadianos, los cuales regulan los cambios en las características físicas y mentales que se producen en el transcurso de un día, además, tiene la función de regular ciertas hormonas reproductivas.
Las señales del hipotálamo, productor de las hormonas que controlan la temperatura corporal, el hambre, los estados de ánimo, la libido, el sueño, la sed, y frecuencia cardíaca, son mensajeros químicos, que viajan a diferentes regiones del cerebro que responden a la luz, incluida la glándula pineal.
El tercer ojo tiene varias funciones consideradas vitales, que incluye la segregación de melatonina, que es la hormona que produce el sueño y trabaja en la regulación de determinadas funciones endocrinas, contribuyendo con la disminución del tiempo necesario para la conciliación del sueño y muy particularmente en caso de alteración del ritmo cardíaco, que es quien tiene la responsabilidad de regular nuestro reloj biológico interno, lo que nos indica cuando debemos dormir y cuando despertar.
Además, la glándula pineal ayuda a que el cuerpo pueda transformar las señales del sistema nervioso en señales para el sistema endocrino, lo cual resulta vital para el control del estado de ánimo, el crecimiento y el desarrollo, la forma como los órganos funcionan, la reproducción y el metabolismo. Se cree que la función fisiológica de esta glándula es mucho más vasta y rica que lo que hoy en día se conoce.
La glándula pineal, en respuesta a la luz (como la luz solar) suspende la producción de melatonina, por eso sentimos la sensación de somnolencia. Aquí es importante establecer, que cuando dormimos con luces encendidas, sin importar que tan diminutas sean, esto puede estropear el sueño, ya que se reduce significativamente la producción de melatonina, puesto que, con esas luces encendidas, el organismo asume que es de día.
La glándula pineal, único órgano que produce melatonina, la que tiene una función de gran importancia en el desarrollo y el funcionamiento de los ovarios y los testículos, que actuando como reloj biológico presenta actividades intensas hasta los 7 y 8 años de edad, de ahí en adelante, hay un decaimiento de melatonina y poco a poco se dan los cambios hacia la madurez sexual.
Como se observa, este es un órgano extremadamente importante, del que aún se sabe poco, aunque la ciencia continúa indagando y pronto sabremos más del tercer ojo, pero mientras tanto, algunos expertos opinan que debemos realizar o dejar de hacer determinadas acciones para cuidarle y evitar su calcificación, como puede ser la reducción del uso excesivo de flúor, tomar agua debidamente filtrada, evitar los edulcorantes, limitar la ingestión de carne rojas, evitar consumir bebidas carbonatadas.
Asimismo, la meditación y el canto pueden ser actividades que pudieran descalcificar la glándula pineal, y es que, según expertos, “la voz resuena en los huesos nasales y rompe los cristales que cubren a la glándula pineal”. La recomendación es cantar y meditar por lo menos durante 10 minutos al día.
Se recomienda también el uso de ácido málico, el cual está contenido en vinagre de manzana sin procesar, por lo que utilizarlo en ensaladas y determinados platos, puede contribuir con la desclasificación de la glándula pineal, incluida la digestión.
Como puede observare, el cuerpo humano es un universo por conquistar, por lo que, conocerle y actuar en consecuencia, puede ser determinante para tener una mejor calidad de vida.
*Franklin Díaz es coach y conferencista motivacional dominicano.
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