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Venezuela, como todos los países del mundo, tiene el pleno derecho de escoger su forma de gobierno y a las personas que lo dirigen. El pasado 28 de julio, los venezolanos se expresaron en las urnas y, claramente, manifestaron mayoritariamente su descontento con el régimen actual. Sin embargo, Nicolás Maduro y su estructura de poder se resisten a aceptar la voluntad popular.
Desde entonces, el pueblo venezolano ha decidido tomar las calles y, a pesar de las represalias, avanza con determinación hacia la conquista del poder.
Esta gran nación sudamericana merece todo el apoyo de la comunidad internacional. La situación en Venezuela no solo afecta a sus ciudadanos, sino que también tiene repercusiones en toda la región y más allá. La solidaridad internacional es fundamental para apoyar los esfuerzos del pueblo venezolano en su búsqueda de un gobierno que refleje verdaderamente su voluntad.
El apoyo de la comunidad internacional debe ser contundente y multifacético. Es necesario que los gobiernos de otros países ejerzan presión diplomática sobre el régimen de Maduro, imponiendo sanciones económicas y políticas que debiliten su poder y fomenten una transición pacífica hacia la democracia. Además, es fundamental que las organizaciones internacionales de derechos humanos supervisen de cerca la situación en Venezuela, documentando cualquier abuso y asegurando que los responsables rindan cuentas.
La crisis en Venezuela es también una crisis humanitaria. Millones de venezolanos han huido del país en busca de mejores condiciones de vida, creando una de las mayores crisis de refugiados en la historia reciente de América Latina. Los países vecinos, así como las organizaciones internacionales, deben continuar proporcionando asistencia humanitaria a los refugiados venezolanos y apoyar los esfuerzos para estabilizar la situación dentro del pais.
La resistencia del pueblo venezolano frente a un régimen opresivo es un testimonio de su valor y determinación. A pesar de las dificultades, los venezolanos han demostrado su compromiso con la democracia y los derechos humanos. Las protestas masivas, a menudo enfrentadas con una brutal represión por parte del gobierno, reflejan el profundo deseo de cambio y justicia.
Asimismo, es importante reconocer y apoyar el papel de la sociedad civil y los medios de comunicación independientes en Venezuela. Estos actores han jugado un papel determinante en informar al mundo sobre la situación real en el país y en movilizar a la población para exigir sus derechos. La comunidad internacional debe proteger y amplificar estas voces, proporcionando recursos y apoyo para que puedan continuar su valiente trabajo.
Al fin y al cabo, la lucha del pueblo venezolano es por la dignidad y la justicia. No solo buscan un cambio de gobierno, sino también el restablecimiento de un estado de derecho y el respeto por los derechos humanos. La comunidad internacional tiene la responsabilidad de apoyar estos esfuerzos, no solo con palabras, sino con acciones concretas.
El futuro de Venezuela depende en gran medida de la solidaridad y el apoyo internacional. La presión externa, combinada con la resistencia interna, puede crear las condiciones para un cambio significativo.
La situación en Venezuela es un recordatorio de la importancia de la democracia y los derechos humanos. Es un llamado a la acción para todos aquellos que valoran la libertad y la justicia.
*Franklin Díaz es coach y conferencista motivacional dominicano.
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