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El escritor haitiano Jean Price Mars afirmó que “la presencia haitiana en la nación dominicana será como la gota de aceite que golpea la roca y que hasta que no la cubra por completo continuará golpeándola”.
Aunque esa no es la realidad, lo cierto es que los haitianos se han convertido en la mayor presencia de los inmigrantes irregulares en el territorio dominicano.
Para nadie es un secreto, que la actual población de haitianos que ha llegado por años de manera irregular a la República se han establecido y formado familias desde la década de 1970 hasta el presente.
Eso da como resultado, que de las 32 provincias que integran el territorio dominicano, casi todas cuentan con una amplia presencia de estos inmigrantes.
En su mayoría, los haitianos que llegan desde de Haití no cuentan con la debida documentación legal, incluso, hasta sin una declaración de nacimiento, lo que agrava aún más su presencia en suelo dominicano.
La situación es tan grave, que en la actualidad el Estado Dominicano tiene comprometido más del 5 por ciento el Producto Interno Bruto (PIB) que utiliza para atender las necesidades de salud y educación de los haitianos que no residen legalmente en República Dominicana.
De acuerdo a la Encuesta de Migrantes 2017, los haitianos en dominicana suponen casi medio millón de personas que trabajan en su mayoría en los sectores de la construcción, agricultura y de servicios, que desde 1920 hasta el presente, se han establecido en la República Dominicana.
La realidad es que la mano de obra ilegal de haitianos supera a los haitianos que han sido contratados para trabajar de manera legal en el país en áreas como la agricultura y la construcción. Cifras no oficiales creen que los haitianos irregulares superan más del millón en el territorio dominicano.
Ante la presente realidad, el gobierno del presidente Luis Abinader Corona ha iniciado un plan para la deportación de los haitianos irregulares en el territorio dominicano, que contempla el regreso a su país de unos 10 mil haitianos semanales, a través de la Dirección General de Migración (DGM).
El director general de migración, el vicealmirante Luis Rafael Lee Ballester, considera que las deportaciones “se realizan con respeto a los derechos, prudencia y uso proporcional de la fuerza”.
El plan de la detención y deportación de los extranjeros irregulares, especialmente los del vecino país, se realizan con la colaboración de las Fuerzas Armadas, el Ejército Nacional, la Fuerza Aérea de República Dominicana, la Fuerza de Tarea Ciudad Tranquila (CIUTRAN), la Policía Nacional y el Ministerio Público.
El plan de acuerdo a las autoridades de migración tendrá como prioridad los barrios del Distrito Nacional, la provincia Santo Domingo, Santiago y La Altagracia, y la región Este.
Además, incluye el fortalecimiento de la vigilancia y control fronterizo, se ampliará la desarticulación de redes de tráfico humano, identificación y retorno asistido de migrantes, con el aumento de recursos humanos en la Dirección General de Migración.
También se aumentará el uso de tecnología de vigilancia, capacitación de los inspectores de migración, construcción y mejora de infraestructuras que incluye la renovación de centros fronterizos, puntos de inspección y campamentos temporales de repatriación, para garantizar el adecuado manejo de los migrantes.
El plan, además debe incluir la supervisión y control en las contrataciones laborales para los extranjeros, en particular los haitianos que una vez terminan sus contratos de trabajo permanecen de manera irregular en la nación dominicana.
La Ley de Migración Número 285-04 es clara en el sentido de que los extranjeros que no tienen un estatus legal deben ser removidos de la nación dominicana y el Código de Trabajo establece que el 80 % de los trabajadores de una empresa deben ser dominicanos.
La población dominicana espera que las deportaciones de los haitianos irregulares y demás extranjeros sean permanentes y no de manera pasajera.
*El autor es periodista, educador y escritor dominicano radicado en Nueva Jersey.
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