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Desde el año 1789 cuando la Constitución Norteamericana entró en vigor luego de ser ratificada entre 1787 y 1788 por los estados federales, los poderes continúan siendo los mismos a los presidentes que han sido electos en los Estados Unidos.
En toda su historia la Constitución Norteamericana que tan solo cuenta con solo siete artículos y 27 enmiendas como una forma de mantener, ampliar y fortalecer los derechos de los ciudadanos, no ha sido sustituida por otra para complacer al presidente de turno.
Una muestra es la Enmienda Número 22 de 1951 que limita a dos periodos consecutivos la elección del presidente, luego de que el presidente Franklin Delano Roosevelt (1932-1945) fuera propuesto para un cuarto mandado, petición que fue rechazada por el mismo Roosevelt al considerarla como una decisión que atentaba contra el propio sistema democrático y ha sido el único en la historia política del país en ser reelegido por más de dos periodos.
Cabe que, hasta ese momento, por “tradición no oficial” luego de la renuncia de George Washington a un tercer mandato, un presidente no podía ser electo por más de dos periodos.
La Enmienda establece que: “ninguna persona podrá ser elegida más de dos veces para el cargo de presidente, y nadie que haya ocupado el cargo de presidente, o que haya actuado como presidente por más de dos años de un periodo para el cual fue elegida otra persona, podrá ser elegido más de una vez para el cargo de presidente”.
Mañana lunes 20 de enero, será juramentado como el presidente número 45 y 47 de los Estados Unidos Donald Trump (2017-2021) a su segundo (2025-2029) y último mandato, luego de ganar las elecciones presidenciales el cinco de noviembre del pasado año contra la demócrata Kamala Harris.
Como todos los presidentes desde la juramentación de Washington como el primer presidente norteamericano, Trump jurará en que cumplirá y hará cumplir las leyes.
Como encargado del gobierno, Trump entre sus poderes establecidos en la Constitución tiene la facultad de firmar y vetar las leyes, pero que, última instancia, pueden ser aprobadas por el Congreso.
También es el jefe de las Fuerzas Armadas, decide de cómo se gasta el dinero federal, elige a los miembros de su gabinete como el fiscal general y el secretario de Estado, al director del FBI y propone a los jueces de la Suprema Corte de Justicia, que deben ser ratificados en sus posiciones por el Senado.
En inmigración tiene la autoridad de decidir quiénes pueden ser admitidos o no a los Estados Unidos, así como de hacer deportar a las personas que han violado las leyes. Aunque la ley reconoce a todas las personas legales o no, que cuenten con la protección del sistema de justicia; en la práctica es así, debido a que la deportación no es una tarea fácil.
El presidente, además tiene la facultad de firmar acuerdos comerciales con otras naciones, hacer declaratoria de guerra a otra nación, acciones que deben ser aprobadas por el Congreso y emitir ordenes ejecutivas (decretos). Aunque la tradición política dice que no se debe gobernar mediante ese recurso político que en ocasiones es considerado antidemocrático.
Sin embargo, el presidente no tiene el poder de limitar, suspender o cancelar los programas sociales que incluyen protección de las familias en área como la salud, educación, vivienda y violencia doméstica. Estas son decisiones tomadas por los 50 Estados de la unión americana, cada uno de los cuales es independiente.
Tampoco puede disolver o utilizar el dinero del Seguro Social (Social Security) principal fuente de recursos económicos de los trabajadores cuando deciden retirarse de la actividad económica activada, ni despedir a los empleados públicos que están protegidos bajo ley. Las limitaciones del presidente incluyen que el mandatario no cuenta con la autoridad bajo la Constitución de disolución del Congreso Norteamericano.
Aunque nunca ha sucedido en la historia política, lo cierto es que la Constitución establece en la Enmienda 25, que el presidente puede ser destituido por traición, cohecho (recibir dinero o dádivas), delitos, soborno y otras faltas graves en el ejercicio de sus funciones.
Donald Trump, quien ha tenido que enfrentar una serie de acusaciones y juicios penales, los que ha logrado superar con creces, se espera que una vez sea juramentado mantenga el juramento de cumplir y hacer cumplir las leyes, debido a que la figura presidencial no goza de inmunidad absoluta en los Estados Unidos.
*El autor es periodista, educador y escritor dominicano, vive en Nueva Jersey.
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