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Con apenas un mes de haber sido juramentado, el presidente Donald Trump ha dejado en claro que usará sin límites el poder que le otorga su cargo. Desde el primer día ha firmado más de 70 órdenes ejecutivas que han llamado poderosamente la atención.
Esos decretos van desde eliminar la nacionalidad para hijos de inmigrantes indocumentados, retenciones de fondos federales, cancelación de empleados federales hasta el insólito restablecimiento del uso de sorbetos plásticos en la Casa Blanca.
Aunque algunas de ellas han sido bloqueadas por órdenes judiciales, el mandatario ha enviado el mensaje de que en su nueva administración continuará usando ese recurso.
Dos de esas órdenes son relativas al incremento de aranceles comerciales China, Canadá y México, los cuales también contemplan establecer impuestos equivalentes a productos estadounidenses que se comercializan en sus territorios.
Por autorización del gobierno se han impuesto aranceles del 10 por ciento a China, y aumentándole al acero y el aluminio extranjeros de 25 por ciento a los productos de Canadá y México, que entrarán en vigencia en los próximos meses.
Según informes de prensa, Trump dijo sobre los aranceles que: “si nos cobran, nosotros les cobramos. Si ellos están en 25 por ciento, nosotros estaremos en 25. Si ellos están en 10, nosotros estamos en 10. Y si están mucho más altos que 25, ahí es donde nosotros también estaremos”.
En relación a la desigualdad en los aranceles, el departamento de comunicaciones de la Casa Blanca citó a Brasil donde se grava las importaciones de etanol, incluidas las de Estados Unidos, al 18 por ciento, pero el arancel estadounidense sobre el etanol es de sólo 2,5 por ciento. Asimismo, India grava las motocicletas extranjeras al 100 por ciento, mientras que Estados Unidos sólo al 2,4 por ciento.
Como en el pasado, la administración Trump ha tomado esas medidas sin una previa discusión de nuevos aranceles entre las naciones involucradas. Lo cierto es, que los consumidores estadounidenses nos veremos afectados en los próximos meses cuando tengamos que adquirir productos provenientes de China y Canadá, tales como vehículos, estufas, televisores y computadoras.
A pesar de que la orden ejecutiva que establece aranceles recíprocos, es decir, comprar con un impuesto igualitario entre las naciones involucradas, para los expertos en economía, los aranceles debieron ser aplicados entre mutuo acuerdo y no de forma unilateral como lo hizo Estados Unidos.
Como ningún otro presidente en la historia política Trump se convierte en el primero en depender de las órdenes ejecutivas para gobernar, pero en la realidad de los hechos, no son el mejor recurso para ejercer el poder. En lugar de debatir el tema, prefiere que sus decretos sean discutidos en los tribunales de justicia antes que someter sus delicadas decisiones al consenso y racionalidad del diálogo.
La batalla entre poder presidencial y justicia ha iniciado.
*El autor es periodista, educador y escritor dominicano, vive en Nueva Jersey.
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