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El Domingo de Resurrección es asociado con la primera y marca el comienzo de esa estación del año, deseada por todos. Muchos la celebran junto a los coloridos huevos de pascua, asociada a los llamativos conejitos que anuncian un nacimiento.
Es la época en que los árboles muestran su esplendor, exhibiendo su verdor y conquistando la mayor admiración con sus flores. Las personas visten con colores vibrantes y la puesta del Sol se registra más tarde en señal de que el verano se aproxima.
Para la comunidad cristiana es la ocasión propicia de renovar la Fe, celebrando que Cristo venció la muerte con su resurrección, librándonos del pecado y asegurándonos la vida eterna.
Si comparamos la primavera con la Resurrección, desde el punto de vista espiritual, podemos notar la similitud que tienen ambas transformaciones con el renacer a una vida nueva.
Durante el otoño la naturaleza parece entrar en un descanso, porque las hojas caen. Los días son más cortos, las noches más largas, y generalmente las nubes cubren el cielo. Pero en la primavera la naturaleza parece volver a la vida, por el renacer de las plantas.
Desde el punto de vista espiritual los seres humanos también morimos, pero revivimos a una vida nueva con la resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
Celebremos el Domingo de Resurrección.
*La autora es periodista y escritora, publicó el libro "Lo hice".
2 comentarios:
Cristo resucitó, verdaderamente ha resucitado, para darnos vida eterna.
Amen 🙏
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