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El pasado martes 10 de junio, los partidos políticos mayoritarios concluyeron con éxito las elecciones primarias, un concepto electoral similar a una convención donde solo los militantes de cada organización política participan.
En el Condado de Passaic el 28% (34,626) de 129,596 demócratas salieron a ejercer su derecho al voto, mientras que los republicanos el 24% (18,851) de 78,108 fueron a las urnas.
Ahora el enfoque de nuestro análisis es la elección en la ciudad de Paterson, determinante en la contienda por el Distrito 35 de la Asamblea Estatal. Los votantes demócratas eligieron al jurista Kenyatta Stewart y asambleísta Al Abdelazis, siendo Stewart quien obtuvo el primer lugar seguido por Abdelazis. El tercer y cuarto lugar fue para el comisionado del condado Orlando Cruz y el ex concejal de Garfield Romi Herrera, respectivamente.
La dinámica de esta elección fue interesante porque los electores estaban más inclinados a votar por los candidatos de su grupo racial o étnico. En otras palabras, las elecciones partidarias se percibían como independientes, donde tradicionalmente la raza/origen étnico es más relevante que las propuestas y matiz ideológico de los candidatos.
Este comportamiento del electorado refleja la influencia abrumadora que ejercen las pasiones y emociones al momento de votar.
Así que corresponde preguntarse ¿Cómo sucedió? Para los que residen en Paterson por más de 25 años, siguen la política local y toman nota saben que la comunidad afroamericana concentra todos sus esfuerzos en un candidato. ¡En UNO! Aquel que reúna las condiciones y tenga la probabilidad más alta de ganar la elección. Y ese fue el caso del asambleísta electo Stewart. Además, logró conquistar una pequeña fracción del electorado latino.
El caso nuestro, los latinos, es de conocimiento público que con frecuencia en situaciones similares divide su apoyo entre varios candidatos sean latinos o no. Mayormente sucede por un tema afectivo o descarga emocional adversa que abruma la razón. Sin embargo, esta práctica reduce las probabilidades de alcanzar el triunfo y representación necesaria para que nuestras voces e intereses sean reflejados en las políticas públicas promulgadas en la Legislatura.
El caso hispano: uno menos uno es igual a cero (1-1=0). Eso quiere decir, que nos quedamos sin representación hispana en la legislatura estatal.
*El autor es doctor en administración pública y gerencia estratégica.
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