Oremos por la humanidad

J.C. MALONE                               Testigo del tiempo
JCMalone01@aol.com
El presidente Donald Trump negociaba con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, mientras espías estadounidenses y europeos preparaban el ataque contra instalaciones nucleares rusas. Trump, “distanciado” del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, “negociaba” con Irán, mientras preparaban el ataque de Israel contra Irán, Trump asesinó su credibilidad, y posibilidad de negociación.
Con esos antecedentes, nadie negociará con Trump.
Solo nos quedan George Orwell, “La guerra es paz”, Aníbal de Peña “no hay paz sin victoria”, y Silvio Rodríguez “la guerra es la paz del futuro”. Terminaremos en la novela de Mario Vargas Llosa, “La guerra del fin del mundo”.
Si Washington apoya a Israel, Rusia y China apoyarán a Irán, China aprovechará para retomar su provincia, Taiwán.
Lanzarán nuestros jóvenes al molino de carne, la guerra, serán sacrificados ante los dioses de la industria armamentista. Sin posibilidad de negociación, nos refugiaremos en la oración.
Occidente completo huyó de los talibanes en Afganistán, vestidos de pijamas, calzados de sandalias y montando caballo. Es imposible que ahora derroten simultáneamente a Rusia, Irán, y China en Ucrania, el Medio Oriente y Taiwán.
Aunque esto parezca una Aventura fratricida improvisada o un error de cálculos, no lo es, está fríamente calculado. Todo esto empezó dentro de la cabeza de Benjamín Netanyahu, el primer ministro israelí.
En su libro “Luchando contra el terrorismo” (enero 2001) Netanyahu pide destruir los gobiernos de Irak, Irán, Siria, Libia, Líbano, Somalia y Sudán, por “patrocinar terroristas” (defienden a Palestina). Elegimos presidentes que usan \nuestros impuestos para financiar y ejecutar esa aventura israelí.
George W. Bush destruyó Irak, Barack Obama destruyó Libia, empezó “el trabajo” en Siria, Donald Trump lo terminó, bombardeo Somalia, Israel bombardeó el Líbano, ahora bombardea Irán.
Nosotros “democráticamente” elegimos presidentes obedientes a Netanyahu.
Nosotros, que “tenemos el poder democrático” solo podemos hacer algo sensato, oremos por la humanidad.

*El autor es un destacado periodista y escritor de Nueva York, trabajó para El Diario La Prensa y El Listín Diario.