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Desde mucho antes de llegar al poder, el presidente Donald Trump se comprometió que de llegar a la Casa Blanca continuaría con una política de reducción de impuestos y el gasto público del gobierno.
Efectivamente así lo ha hecho con la aprobación reciente de la ley fiscal. El megaproyecto de ley fiscal denominado como “Big Beautiful Bill” (La gran hermosa ley) no solo incluye reducción de impuestos, sino recortes a la seguridad social en las áreas de la salud, alimentación, viviendas y facilidades impositivas a los millonarios y multimillonarios.
Los recortes que ascienden a más de tres billones de dólares afectarán de manera directa al seguro de salud estatal conocido como Medicaid y al programa de subsidio de alimentos, conocido en inglés como Snap.
La reducción a los recursos económicos de salud se prevé de acuerdos a los expertos que unos catorce millones de personas, en particular los hispanos perderán su seguro de salud. Las proyecciones son que una vez entrada en vigor la nueva ley fiscal, millones de personas serán afectadas por la legislación en lo relacionado al alcance de la seguridad social en programas como el cuidado de los niños a temprana edad, actividades después de las escuelas, hasta los de violencia doméstica.
La legislación también establece la no inclusión de los incentivos a la compra de vehículos eléctricos y el pago del uno por ciento para el envió de las remesas en efectivos a otras naciones del mundo. Las transacciones electrónicas no tendrán que pagar el impuesto.
Es más, naciones como México se han comprometido en asumir el costo de los envíos mientras que el gobierno de la República Dominicana favorece que sean las compañías remesadoras las que asuman el pago de dicho impuesto. Ambas posiciones serían las más razonables debido a que defenderían los intereses de los inmigrantes
Además, la legislación establece el no pago de impuestos a las propinas, a las horas extras de trabajo, recortes a rentas elevadas (salarios), eliminación de incentivos a energías verdes, mayor presupuesto militar y para las deportaciones.
Sin embargo, la ley fiscal que fue aprobada en el Senado con una votación de los 51 republicanos a favor y 50 demócratas en contra, y en la Cámara de Representantes con 218 republicanos y 214 demócratas que expresaron su rechazo.
Algunos economistas opinan que la ley prevé elevar en más de tres billones de dólares el déficit en el gobierno y una reducción del Producto Interno Bruto (PIB) en 2.8 billones en los próximos diez años.
Para la administración Trump, que por el momento celebra la aprobación de la ley que impone los mayores recortes a la asistencia social en los últimos cincuenta años y favorece a los sectores (empresas y millonarios) con los mayores recortes fiscales, en realidad marca el inicio de una batalla política cuyos efectos se apreciarán en las urnas de votación con miras a las elecciones de la Cámara de Representantes del próximo año. Lo que el gobierno de Trump considera como una gran victoria, puede convertirse en una humillante de derrota de parte de los votantes en los venideros comicios. Por el momento, es hora de esperar.
*El autor es periodista, educador y escritor dominicano, vive en Nueva Jersey.
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