Por Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK.-
Después que la Procuraduría General del Estado, ordenara al activista Nelson
Peña entregar la presidencia del Desfile Nacional Dominicano, que dirigió por
32 años, le impuso tres años de alejamiento del evento a muna distancia de no
menos mil pies y un año de servicios comunitarios, se ha desatado una lucha
frontal entre numerosos grupos comunitarios por el control del evento más
multitudinario de la diáspora en el exterior.

La decisión,
desató la ira de otros aspirantes al menos a ser integrantes del Comité
Organizador y algunos de ellos se han atrincherado en grupos que amenazan con
ir a los tribunales, sin la fiscalía mantiene la posición de entregar la
escogencia de los miembros de la directiva a los oficiales electos, entre ellos
concejales, asambleístas, senadores estatales y líderes de distrito.
El concejal
Ydanis Rodríguez, dijo al respecto que “somos una comunidad muy trabajadora y
nuestro desfile dominicano que comenzó en la avenida Amsterdam, es muy
importante y se ha considerado todo el tiempo, como un evento que permite la
expresión cultural de la comunidad”.
Añadió que “creo que los cambios que se vayan a hacer,
deben simplemente servir, para que esta gran celebración que se hace todos los
años, continúe siendo un evento de presión lo mejor organizado posible u que
refleje mejor lo que más somos los dominicanos”.
En cuanto a
la intervención directa del la procuraduría general del estado, Rodríguez dijo
que “me imagino que en el desfile nuestro va a ocurrir lo mismo que en el
desfile puertorriqueño. El fiscal es la persona que tiene que dar el visto
bueno de cómo funcionan las instituciones no lucrativas”.
Expresó que
“cualquier cambio que se haga, yo me imagino que la fiscalía jugará un papel.
Creo que cualquier reorganización del desfile dominicano, sea lo más organizada
y con un buen equipo organizativo que busque elevar el montaje del evento”.
El concejal,
aclaró que no quiere entrar en aspectos legales.
“Todos los
años voy al desfile y lo que sé es que tendremos desfile este año y que
continuará elevando su capacidad de organización y de expresión cultural”,
terminó diciendo Rodríguez.
Carlos
Leiter, presidente de la Fundación Minerva Mirabal, dijo que se está convocando
una reunión de emergencia en la que participarán líderes comunitarios y
políticos y representantes de partidos, que están en desacuerdo con el método
que se está utilizando.
“El desfile
es un evento sin fines de lucro, que jamás permitiremos que caiga en manos o en
control de los políticos, como quiere el fiscal y estamos dispuestos a ir a los
tribunales para detener esa práctica ilegal, por lo que de seguir con ella,
este año no tendremos desfile”, agregó Leiter.
Acusó a oficiales electos como el senador estatal Adriano
Espaillat, de quien dijo, está imponiendo miembros del comité
organizador. La
reunión está programado para este miércoles 18 de marzo en el restaurante 809
del Alto Manhattan.
“Enfrentaremos
legalmente y ante un juez, lo que se está haciendo. Si el fiscal es quien está
escogiendo, él no tiene calidad jurídica para eso. Someteremos esto a la corte,
para que se pare el golpe bajo y la intentona contra nuestra comunidad”, señala
Leiter.
El activista
calificó de “golpe bajo”, lo que están haciendo los oficiales electos,
“incluyendo al activista Fernando Mateo”. Llamó a Espaillat y a otros líderes
políticos a que detengan y rectifiquen su actitud y echen para atrás.
“Ellos no son
mayoría. Creemos que somos las organizaciones las que tenemos el derecho de
quien o quienes son los que van a dirigir el desfile dominicano”, advirtió
Leiter.
Tirso
Santiago Piña, un reconocido activista comunitario y ex dirigente del PRD, señaló
que también llevará el caso a los tribunales, porque el control del desfile no
se les puede dejar a los políticos de los distritos de la comunidad dominicana.
“Este es un
evento de todos, no de un grupo”, precisó Piña.
Nelson Peña
ni su abogado Manuel Andrés Aranda, han respondido llamadas insistentes de este
reportero para referirse a la situación del desfile, evento que cada año se
celebra en la Sexta Avenida de Manhattan y atrae a cientos de miles de
criollos.
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