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Para solicitar asilo político en los Estados Unidos las personas deben demostrar que son perseguidas por los siguientes factores: su raza, nacionalidad, religión, opinión política y por pertenecer a un grupo social determinado.
Además, entre otras opciones migratorias de las personas se encuentran: el asalto sexual, violencia de que califica para la visa U, tráfico humano (visa T) y violencia domestica que es conocida como VAWA.
Es requisito para solicitar el asilo que los solicitantes se encuentren en Estados Unidos o se entreguen a las autoridades en unas sus fronteras.
Esa es la realidad es lo que está sucediendo en la actualidad con cientos de inmigrantes procedentes de Sur y Centroamérica, que no paran de llegar a las fronteras de Estados Unidos, en especial en el fronterizo estado de Texas.
Como si obedecieran órdenes y siguiendo un ordenado patrón, los inmigrantes son recibidos sin resistencia en la Unión Americana donde les ofrecen las mayores facilidades.
En su mayoría son procesados y liberados para que pueden permanecer de manera temporal en suelo norteamericano, donde les esperan largos procesos legales en lo relacionado al asilo. La nueva modalidad, es que los adultos se hacen acompañar de menores (sean familiares o no) para ingresar a los Estados Unidos.
Esa llegada no ha sido fortuita, debido a que llegar a la frontera sur de los Estados Unidos requiere planificación, logística y recursos económicos de los inmigrantes.
Todos los inmigrantes, incluidos los mexicanos, no es un secreto para nadie, tienen que pagar el transporte a los llamados “coyotes” (traficantes de personas) para ingresar al suelo estadounidense.
Según inmigrantes que han realizado la travesía por tierra, toda la zona comercial fronteriza en México sobrevive debido a la presencia de los inmigrantes, quienes tienen que pagar desde el alojamiento hasta el mínimo alimento que consumen. Los que no lo hacen, pagarán el precio de regresar de manera forzosa a su país de origen.
En la realidad de los hechos. desde de México, Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua, sus inmigrantes (que pocos podrán ser favorecidos con la figura del exigente asilo político) no tienen otra opción que mirar hacia el Norte, donde han pensado que terminarán sus problemas sociales.
Pero la realidad no es así, el proceso para su legalización en Estados Unidos donde pueden respirar tranquilos, a penas inicia.
*El autor es periodista, educador y escritor dominicano, vive en Nueva Jersey.
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