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Por este mundo se pasea un grupo de personas que destacan por su singularidad y generosidad, ganándose el apelativo cariñoso de "locos". Estos individuos son los que iluminan los días con su espontaneidad, su servicio desinteresado y su constante alegría. Este artículo es para ellos, un humilde reconocimiento a esa gente bonita que Dios ha puesto en nuestro camino para hacernos la vida más llevadera.
Son aquellos que, ante cualquier situación, tienen una respuesta positiva y un "sí" en los labios, dispuestos siempre a colaborar y a brindar una mano amiga. Su actitud servicial y jovial los distingue entre la multitud, convirtiéndolos en pilares de apoyo y en fuentes inagotables de buen humor.
Lo que verdaderamente define a estos "locos" es su capacidad para perdonar y olvidar. Aunque puedan haber sido heridos o decepcionados, optan por dejar de lado los rencores y ofrecer un perdón sincero y genuino. Su corazón está siempre abierto, dispuesto a brindar una segunda oportunidad y a cultivar relaciones basadas en el amor y la comprensión.
Son esos seres humanos que hacen de cada encuentro un espacio memorable, donde la risa fluye libremente y las conversaciones se convierten en intercambios de experiencias y sabiduría. Su energía contagiosa llena el ambiente de calidez y complicidad, creando vínculos que perduran en el tiempo. En su compañía, los momentos simples se vuelven extraordinarios y las preocupaciones se desvanecen. Pueden transformar un día ordinario en una jornada llena de magia y gratitud. En su presencia, cada persona se siente valorada y comprendida, y cada momento se convierte en una oportunidad para celebrar la vida.
Su presencia es como un rayo de sol en un día nublado, llenando de energía y positivismo cualquier ambiente en el que se encuentren. Con una sonrisa en el rostro y un brillo en los ojos, contagian su entusiasmo y su amor por la vida, inspirando a quienes los rodean a seguir adelante con optimismo y esperanza.
Pero lo más admirable de estos "locos" es su capacidad para amar incondicionalmente, incluso a aquellos que no les corresponden con afecto. Su corazón es tan grande que no conoce de límites ni de condiciones, ofreciendo su amor de manera desinteresada y sin esperar nada a cambio.
Es hora de reconocer y celebrar a esos "locos" que hacen del mundo un lugar mejor con su bondad, su alegría y su amor incondicional. Son ellos quienes nos recuerdan la importancia de vivir cada día con pasión, de servir a los demás con generosidad y de perdonar con el corazón abierto. Son los verdaderos héroes de la vida cotidiana, y merecen todo nuestro reconocimiento y admiración.
Si tienes a tu lado uno de esos locos, no dejes de agradecerle a Dios por tenerlo cerca de ti, celébralo y aprovecha cada momento junto a él. Son tesoros raros y preciosos que iluminan tu camino con su luz única. Cultiva esa amistad, nutre esa conexión especial y aprende de su generosidad y alegría de vivir. Son aquellos que te enseñan a apreciar las pequeñas cosas y a abrazar la vida con entusiasmo. Así que no pierdas la oportunidad de valorar su presencia y de compartir juntos la maravilla de existir.
*Franklin Díaz es coach y conferencista motivacional dominicano.

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