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Olvidar, aunque a menudo se percibe como una debilidad o una falla del cerebro, juega un papel importantísimo en nuestra salud emocional y cognitiva, puesto que, si bien la memoria es esencial para el aprendizaje y la supervivencia, el olvido es igualmente importante para mantener un equilibrio mental y emocional, permitiéndonos avanzar y adaptarnos a nuevas experiencias.
Uno de los beneficios más evidentes del olvido es la capacidad de liberar espacio mental, ya que nuestro cerebro no está diseñado para retener cada detalle de nuestras vidas. Si lo hiciera, nos sentiríamos abrumados por la cantidad de información que acumularíamos, de ahí que, olvidar nos permite priorizar lo relevante y desechar lo irrelevante. De esta manera, podemos enfocarnos en lo que realmente importa en el presente.
Muchas experiencias difíciles, como traumas o decepciones, pueden generar estrés y ansiedad si se recuerdan constantemente. Es cierto que no podemos borrar por completo nuestras experiencias negativas, el olvido gradual de ciertos detalles o emociones asociadas a esas experiencias permite que el dolor disminuya con el tiempo. De modo que este proceso es vital para nuestro bienestar emocional, ya que nos permite perdonar, dejar ir y seguir adelante.
En el ámbito del aprendizaje, olvidar es igualmente importante. La investigación en neurociencia ha demostrado que el olvido selectivo ayuda al cerebro a hacer espacio para nueva información. Esto facilita el proceso de aprendizaje continuo, ya que nos permite deshacernos de información obsoleta o irrelevante para hacer lugar a nuevos conocimientos. Es decir, al olvidar lo que ya no es útil, el cerebro puede centrarse en absorber y retener información más valiosa y relevante.
En cuanto a las relaciones interpersonales, la capacidad de olvidar pequeñas ofensas o malentendidos es crucial para mantener relaciones saludables. Es por lo anterior que si nos aferramos a cada error o conflicto, sería difícil mantener una convivencia armónica.
Olvidar no significa ignorar o tolerar comportamientos negativos, sino más bien evitar que incidentes menores afecten la dinámica general de una relación. El olvido en estos casos fomenta la comprensión, el perdón y la continuidad de las conexiones humanas.
Es importante destacar que, aunque olvidar es valioso, el equilibrio con la memoria es esencial. No se trata de olvidar todo, sino de mantener la capacidad de discernir qué recuerdos son importantes y cuáles es mejor dejar atrás.
El cerebro humano es sorprendentemente eficiente en este sentido, ya que selecciona de manera natural lo que necesita retener y lo que puede dejar ir. Al permitir este proceso, vivimos de manera más plena y equilibrada, sin cargas innecesarias del pasado.
*Franklin Diaz es coach y conferencista motivacional dominicano.
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